domingo, 27 de marzo de 2011

Articulo Neurosis y Modalidad de Aprendizaje

                                                                                                    
Neurosis y Modalidades de Aprendizaje.
Lic. Ana Laguzzi *
                                                                                                          Lic.M. del C. Furnari **

La modalidad de aprendizaje implica una modalidad de organización que está determinada por el posicionamiento que el sujeto asume ante el conocimiento. Y en esa modalidad están puestas en juego las estructuras desiderativas y cognitivas en una articulación tal que la pulsión de saber puede investir al objeto de conocimiento estableciendo una dialéctica entre saber (estructura desiderativa) y conocimiento (estructura cognitiva) que da por resultado el acceso al aprendizaje.
La estructura desiderativa hace referencia a los dos momentos estructurantes del aparato psíquico: el Estadío del Espejo y el Complejo de Edipo, que marcan el despliegue de la subjetividad.
En el Estadio del Espejo tiene lugar la conformación del Yo como unidad totalizadora y singular. Es la mirada del Otro, en tanto sostén libidinal y aportes de significantes, la que permite el pasaje del organismo a cuerpo. De esta manera el Otro primordial ubica al infans en ese lugar de “su majestad el bebé” tan bien descrito por Freud en su “Introducción del Narcisismo” . En este momento la libido circula libremente dentro de la célula madre-hijo, invistiendo la imagen especular conformada por la mirada del Otro. Y es la voz del Otro la que nombra al cuerpo asignándole unidad e identidad.
Pero en esta unidad ideal aparece un tercer elemento que convoca la mirada del Otro y la desvía de ese niño (ubicado en posición de ser el falo para la madre) desestructurando la célula narcisista. Algo interfiere en la relación madre-hijo para indicar al infans que él no es “todo” para su madre. Y, siguiendo la mirada de ella descubre el mundo exterior. Este factor (que S. Freud asimila al concepto de Castracion)  que corta la dualidad narcisista (función paterna), marca el registro de una falta, permite la emergencia del deseo que impulsa a la pulsión a investir  más allá de la imagen especular. J. Lacan en 1951 va a proponer que este concepto sea fundante de la “función paterna “ o “Función Nombre del Padre”
De este modo se instala al Sujeto en el tránsito del Complejo de Edipo como estructurante del Yo y de la identidad
La investidura libidinal va a buscar más allá del “espejo” los objetos que le brinden placer y le permitan re-encontrar la ilusión de completud perdida con la salida del narcisismo. Para lograrlo el Yo debe conocer ese espacio exterior a lo especular, aprender sus reglas y aceptar los códigos socialmente  compartidos. Deberá nombrar correctamente a los objetos, conocer su funcionamiento, comprender sus causas,  comparar, seleccionar, clasificar, preguntar, cuestionar, hipotetizar, comprobar, asimilar, acomodar equilibrar. Es decir, operar intelectualmente. Usar las estructuras cognitivas, supone interpretar la realidad recurriendo a un sistema propio de significados.
Entonces, del modo en que un sujeto construye su identidad y se apropia del mundo circundante, va a depender la modalidad de sus aprendizajes. Ningún objeto, ni siquiera el más inocente, es totalmente objetivo. Siempre será objeto”objetal”, investido por la pulsión, y con la nitidez distorsionada por la mirada del Otro, que puede indicar que esos objetos más allá del “espejo” pueden ser peligrosos, severos, seductores, vacíos.
La resolución del Edipo determina las neurosis que, de acuerdo a sus estructuras sintomáticas, pueden ser clasificadas como histérica, obsesiva o fóbica. Y estas estructuras, con sus características propias, van a permitir el desarrollo de una forma de pensamiento, de una relación con el objeto de aprendizaje y de una organización de la tarea y manejo de las relaciones interpersonales, que van a estar atravesadas por los avatares propios de cada una de estas estructuras.
PENSAMIENTO.
“El pensamiento es el producto de un entrelazamiento sutil entre la inteligencia y el deseo” plantea L. de  Lajonquière.   La conjunción de estas estructuraciones posibilita estrategias alternativas de aprendizaje con esquemas de acciones que organizan la construcción del conocimiento.
Dicho proceso intelectual en su aspecto dinámico es caracterizado por momentos de asimilación y acomodación. A través del mismo es como el sujeto interpreta la realidad externa de acuerdo a un sistema de significados.
Por la asimilación, el sujeto transforma la realidad para integrarla a sus esquemas de acción y por acomodación transforma y coordina sus propios esquemas para adecuarlos a la realidad del objeto a conocer. Operar intelectualmente supone un enfrentamiento con el objeto de conocimiento.
En los cuadros neuróticos se dan ciertos predominios, que provocan alteraciones y una particular modalidad de aprendizaje. Ya sea por predominio de la asimilación o por predominio de la acomodación, lo que queda suspendida es la noción de “necesidad  lógica”, en forma  parcial a ciertas áreas o situaciones conflictivas, porque el Sujeto queda afectado por factores emocionales que se observan en los productos de su actividad intelectual.
Si el proceso de acomodación es el acentuado, el sujeto no puede apropiarse totalmente del objeto, su capacidad de autoría y de interacción es limitada.
Cuando el predominio se da en la asimilación, no acepta la legalidad del objeto e impone su imaginario sobre la realidad.
Tal como plantea S. Schlemenson  “La disponibilidad psíquica para aprender revela la existencia de un deseo que activa y dinamiza los procesos de construcción y apropiación de conocimientos”.
En la estructura Histérica se observa un predominio de lo estético, el pensamiento es flexible, tiene un carácter laberíntico, pasando de un contenido a otro, pero sin combinatoria significante. Mediatizado por el deseo del Otro, pierde el objetivo final que guía el proceso constructivo. En este sentido es un pensamiento inconsistente que varía en forma permanente porque no está sustentado en un proceso creativo, sino en la mirada aprobatoria del Otro. Puede asimilar múltiples conocimientos, pero su acomodación en la estructura dependerá del deseo del Oto, es decir, está más al servicio de los avatares de la relación imaginaria narcisista del proceso primario, que a las acomodaciones que permiten las variables espaciotemporales del proceso secundario.
En la estructura Obsesiva el Sujeto es  rígido, poco flexible, controlado, poco innovador.
El pensamiento sigue un razonamiento que busca conformar a ese Otro superyoico que se erige como lugar de amenaza y castigo. En este sentido es un pensamiento repetido y lineal, preciso y medido, sin estridencia. Los procesos de acomodación y asimilación están cristalizados por los mandatos superyoicos y no logran la equilibración que les permita un despliegue autónomo y creativo.
Así como el pensamiento del Sujeto histérico es sinuoso e incierto, el del obsesivo es repetitivo, lineal y predecible. Desde el punto de vista cognitivo cuando se da un aprendizaje memorístico, repetitivo, no comprensivo, hay un predominio de la acomodación sobre la asimilación. El sujeto repite, copia, no hay transformación creadora.
En la estructura Fóbica  resulta más difícil conocer las características de pensamiento  porque el sujeto evita comunicarlo, lo esconde. El proceso del pensar está atravesado por el temor y la inseguridad que es característica de este cuadro. Puede lograr autonomía y creatividad, pero no se atreve a mostrarlo. No lo esconde para crear enigmas (como el histérico) ni por la culpa y el temor al castigo (como el obsesivo), sino por inseguridad propia, para protegerse, en la invisibilidad y el anonimato, de un fantasmático peligro.
Si esta modalidad se sostiene en el tiempo puede devenir en una inhibición del pensamiento que dé lugar a un cuadro de “inmadurez” o pseudoretardo mental.
En este caso hay un predominio del esquema asimilador.                               
El sujeto asimila de manera deformante, no puede acomodar los datos de la realidad para una apropiada integración creadora del estímulo cognitivo.
RELACION CON EL OBJETO DE APRENDIZAJE.
La relación con el objeto de aprendizaje estará mediatizada siempre por el “otro” pudiendo en algunas situaciones obstruir el proceso de construcción  de conocimientos y las  necesidad lógica empobreciendo la actividad de autoría.
Cada estructura (Histérica, Obsesiva o Fóbica) con los rasgos que las caracterizan marcará en el Sujeto  una  forma particular de relacionarse, buscar y construir  nuevos conocimientos. 
En la estructura Histérica la seducción propia lleva a investir libidinalmente al semejante para captar su mirada, ser causa de su deseo. Fechitiza el cuerpo, se arregla con sumo cuidado, se adorna… Esto resta investidura al objeto de aprendizaje; entonces la adquisición de conocimientos estará más al servicio de satisfacer esta necesidad narcisista de seducir para sentirse querido, que al servicio de un genuino interés en el conocimiento. Libidiniza la búsqueda más que el encuentro, el deseo del hallazgo se sostiene pero en la insatisfacción.  En esta estructura el objeto de aprendizaje está adherido al otro que lo ofrece, de forma tal que la investidura cae sobre el sujeto portador del objeto de conocimiento y no sobre el objeto en sí mismo (recordar las vicisitudes de la separación en esta estructura). Su interés está más centrado en la relación que en la apropiación. Como consecuencia aprende en forma superficial, siguiendo los altibajos de la relación interpersonal, obturando la aparición de preguntas sobre el objeto, empobreciendo la aprehensión cognitiva. Cuando el sujeto histérico ha logrado captar seductoramente al otro, puede decaer su interés y arrastrar en su caída al objeto de conocimiento.
En la estructura Obsesiva la pulsión de saber se nutre de las de dominio y de la pulsión de ver o escópica. El dominio, propio de la etapa anal, está atravesado por el placer en la actividad corporal y tiene su límite en el “no” del otro que encausa el goce del movimiento. Este “no”, sin apoyatura de un adecuado sostén libidinal, puede adquirir tintes sádicos que predispongan a la neurosis. Si esta conformación invade la pulsión de saber, el objeto de conocimiento se puede tornar conflictivo, creando en el sujeto la ambivalencia siguiente: siente placer en apropiarse de él, pero al mismo tiempo, teme ser castigado por su osadía. El investimento puesto en el significante superyoico condiciona la relación con el objeto de aprendizaje. Y el placer en aprender es reemplazado por la obligación y el sacrificio al servicio del aprendizaje. En este sentido, el placer por aprender deviene en obligación de aprender, por sometimiento al superyó, con el alto costo psíquico que  implica. El conocimiento se sostiene en creencias.
En la estructura Fóbica el objeto de aprendizaje es visto como peligroso y amenazante al entorno endogámicamente familiar del fóbico. No está sometida la relación interpersonal (como en la histeria) ni aparece la amenaza del Superyó (como en el obsesivo); lo amenazante es el mismo objeto en la medida que su incorporación desequilibre el entorno endogámico del fóbico.              
RELACIONES INTERPERSONALES Y ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO
EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE.
Al hablar de aprendizaje, pensamos en un modelo de intercambios, en un proceso de apropiación, de tomar para sí, incorporar  algo del otro, y no se construye en soledad.
El  “otro” puede ubicar o no al niño en posición de construir lo que los otros le ofrecen.
En este intercambio, la palabra como discurso dirigido al otro, condiciona, organiza y  determina  las categorías espaciales/temporales como así también la calidad de relaciones interpersonales capaces de posicionar a un sujeto desde su singularidad.
En la Histeria pueden transitar la escala desde la idealización al rechazo, creando dificultades y conflictos. La ambivalencia que mantiene con las figuras primordiales se repite con los semejantes. Así, pueden amar intensamente, pero con la misma rapidez, distanciarse y ofenderse con la misma persona que antes idealizaron. Los celos y el temor a no ser queridos ni valorados (como narcisísticamente creen que merecen) lo lleva a vínculos intensos, pero fugaces en los que no hay espacio ni tiempo para la construcción de una relación interpersonal sólida. La seducción que despliega lo lleva a adoptar conductas tanto provocativas y desafiantes, como enigmáticas y creadoras de suspenso que atrapan al otro en su enigma. En este sentido pueden convocar la atención de su entorno por su intento de liderazgo o, por el contrario, por adoptar una posición “sufriente” que lleve a los demás a la sobreprotección. Estos vaivenes sinuosos interfieren la organización del trabajo académico. Y, en la medida que el proceso primario se infiltra en la actividad específica, las vicisitudes de la investidura libidinal (ver Relación con el Objeto de Aprendizaje) pueden provocar un intenso y pasional apego al trabajo o un rechazo igualmente intenso del mismo. La pulsión fálica, influenciada por la oral, sobredetermina esta estructura dando por resultado los conflictos antedichos.
En la Obsesiva el sometimiento superyoico propio de esta estructura, interfiere las relaciones interpersonales laborales y/o académicas, dando por resultado sujetos obedientes, sumisos, que no se atreven a contraargumentar al otro, con culpa por defender su opinión ante los demás, a quienes temen dañar con sus palabras y acciones. La pulsión anal, con toda su carga de agresividad y destrucción, domina las fantasías del obsesivo. Es por eso que controla rígidamente su caudal agresivo; y por ello  presenta conductas rigidizadas, expectantes, y no se permite expresar su desacuerdo. El clima de trabajo que genera estará atravesado por la ambivalencia, la vivencia de esfuerzo y sacrificio, con ausencia de placer y con rutinas fijas en los procedimientos empleados para la realización de las tareas. En este sentido es que el conflicto cognitivo genera dudas, desequilibrios e  intolerancia que lo llevan a aferrarse a su razonamiento lineal y rutinario, con poca plasticidad para incorporar nuevas variables.
En la Fobias la característica de  inseguridad y el temor son las prevalentes, entonces procura figuras protectoras para desenvolverse en lo laboral/académico. Es probable que busque un semejante a modo de acompañante contrafóbico que cumpla un rol de asegurador contra el temor. De esta manera, acompañado-apoyado en otro, el fóbico puede cumplir sus tareas. No necesita al otro para sentirse querido (como el histérico) ni para controlar/someter-ser controlado/sometido (como el obsesivo), sino para que lo apacigüe y tranquilice. Puede organizar su trabajo siempre y cuando este otro le reasegure que está cumpliendo el proceso correcto. Cuando no cuenta con el acompañante, la inseguridad y el temor le impiden desarrollar sus tareas. Agudiza la percepción en la búsqueda de situaciones amenazantes para evitar el contacto temido. Tiene un particular manejo del espacio que no transita libremente sin compañía. El conflicto cognitivo puede paralizarlo si lo percibe como amenaza a su entorno endogámico; y sólo puede abordarlo  si el acompañante opera como reaseguro.
Esta breve reseña de las modalidades de aprendizaje en las estructuras psicopatológicas, es una guía introductoria y de ninguna manera aspira a reemplazar la investigación bibliográfica cuyos textos sugerimos en el siguiente apartado.

BIBLIOGRAFÍA:
Bleichmar, Emilce Dio: Temores y Fobias. Condiciones de génesis en la infancia. Gedisa. Bs. As. 1991.
De Lajonquière L:  De Piaget a Freud . Para repensar los aprendizajes-Ed. Nueva Visión Bs. As. 2002.
Gutierrez, G: La Histeria-  Revista Actualidad Psicológica Numero273-Marzo 2000 Buenos Aires    
Filidoro, Norma: Psicopedagogía: Conceptos y Problemas. La especificidad de la      
               Intervención Clínica. Ed. Biblos 2004 Buenos Aires
Laguzzi, Ana:  Neurosis Obsesiva- Publicación de  la Cátedra de Psicopatología – Carrera de Psicopedagogía 2003-Facultad de Ciencias Sociales-UNLZ
Schlemenson, Silvia: El aprendizaje: Un encuentro de Sentidos. Ed. Kapelusz. 1996- Buenos Aires
Freud S : Introducción al Narcisismo” (1914) en Obras Completas Ed. Biblioteca Nueva Madrid 1954 

Freud S. “Teorías Sexuales Infantiles”(1908) en Obras Completas Ed. Biblioteca Nueva Madrid 1954 

Lacan J:  Obras Completas Siglo XXI Editores  Mexico 2009



*Psicologa (UCA)-Docente de la cátedra de Psicopatología. Carrera de Psicopedagogía-Facultad de Ciencias Sociales-UNLZ
** Lic. En Ciencias de la Educación- Docente de la cátedra de Psicopatología. Carrera de Psicopedagogía-Facultad de Ciencias Sociales-UNLZ

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